martes, 25 de enero de 2011

Obsesión


Acababa de llegar a la ciudad. Me había instalado en un apartamento de lujo en el centro. Con los años, descubrí que para que un forastero pase desapercibido basta con que se instale en la zona más cara de la ciudad. Si actúas diferente a ellos, te conviertes, ipso facto, en un multimillonario excéntrico al que todos perdonan sus rarezas. No hacen preguntas.
Para ser sincero, todos los que me rodean me hacen la pelota exageradamente y las mujeres caza fortunas revolotean a mi alrededor desplegando sus encantos solo para conseguir un segundo de mi atención.
En ese ambiente encajo a la perfección porque soy superficial, egoísta, egocéntrico, y arrogante a la par que encantador, increíblemente atractivo y el mejor amante que una mujer tendrá jamás. Claro que no sospechan que además soy despiadado y perverso, y no tengo ningún problema en jugar sucio para conseguir lo que deseo en el momento que lo quiero. Y creedme, tengo medios de sobra para conseguirlo.

Me encanta. Pero tiene un inconveniente y es que, a veces he de recorrer la ciudad sin compañía porque encontrar a tu próximo bistec y comértelo no es algo que hacer con gente ... ¿o si?

Estaba tan metido en mis pensamientos que para cuando repare en la pareja que venía de frente casi habían pasado de largo. No obstante, me dio tiempo a ver muchas cosas, bastantes más de las que podríais imaginar.

Ella me sonrió al pasar, él iba inmerso en la búsqueda de las llaves del portal. Ella era ... era ... diferente. No era tan espectacular como las mujeres que solían rondarme ... Era natural, sin silicona, sin tintes de pelo ni maquillaje. De estatura normal tirando a bajita, menuda, morena, de boca fina y con unos grandes ojos marrones de pestañas imposibles. Tendría unos 30 años más o menos, vestía vaqueros y botas con un poco de tacón. Como hacía bastante frío, iba dentro de una abrigo marrón con una bufanda enorme enrollada a su cuello. Y su olor ... no se parecía a nada que hubiera conocido nunca. En ese mismo instante, en el segundo que tardó en pasar a mi lado, decidí que fuera como fuese, ella sería mía.

 

Missing You Blogger Template